En la realidad cotidiana, la palabra liderazgo tiene varias interpretaciones y una de las más comunes es la que suele confundirse con el concepto de liderazgo en comparación con el de administrador. Existen organizaciones que confunden sus necesidades pensando que se requieren de administradores y no de líderes.
El liderazgo consiste en una forma de ser, ya que el líder se va formando en el quehacer cotidiano. En los retos que se le presentan y su pasión por superarlos, en la acción y en los valores inculcados por la organización. Además, un líder debe tener claras las metas a cumplir, debe saber delegar responsabilidades, transmitir las ideas de manera correcta, asegurarse de que el objetivo dentro del equipo de trabajo sea el mismo que el de la organización, y en caso de que éste se vea amenazado, habrá que trazar rutas alternas.
El líder es la persona de la organización que debe saber la manera de encausar la competencia y las virtudes del equipo de trabajo para el logro de una meta en común, y eso lo logra mediante la comunicación, la cual cumple un rol protagónico, pues permite transmitir los sentimientos y la forma de pensar de los colaboradores; y la integración permite realizar acciones eficientes en forma conjunta y sin desconexiones.
El rol más importante de un líder es crear las estructuras y procesos que faciliten una buena comunicación entre quienes necesitan trabajar juntos. Se requieren más alianzas y cambios en la cultura organizacional para apoyar las relaciones internas de la empresa así como sus relaciones con los proveedores y clientes.
¿Existen diferentes tipos de liderazgo?
Sí, existe el liderazgo negativo y positivo.
El liderazgo negativo se basa en la fuerza (esto se puede traducir en “carencia del mismo”).
El liderazgo positivo es aquel planea, que establece las tareas a cumplir (con conocimiento de causa) y las controla sin dejar las decisiones finales a otros.
¿Los líderes nacen o se hacen?
Los líderes no necesariamente son personas que “nacieron con ese don”, es decir que todas las personas cuentan con capacidades y limitaciones, con las cuales es posible que alguien pueda prepararse para serlo, y los diferentes factores intervienen para que una persona pueda convertirse en un líder eficaz, ya que deben dominar influencias o conductas de trabajo:
- Influencias de tarea. Son todas aquellas acciones de cualquier miembro del grupo que definen metas, que programan actividades, que proporcionan información relevante para facilitar la obtención de los objetivos, así como se refiere a las actividades que llevan al grupo a evaluar resultados, a diagnosticar la situación actual del equipo en relación con las metas, al control de actividades; es decir, son todas las influencias que dan dirección y llevan al logro de la misión por la que existe ese equipo.
- Influencias de mantenimiento. Son todas aquellas acciones de cualquier miembro del grupo que fortalecen la integración y cohesión de dicho equipo. En esta categoría se cuentan todas las intervenciones que propician el entendimiento de los miembros del equipo, la comunicación y la retroalimentación. También son influencias de mantenimiento aquellas que buscan el consenso y la valoración de las ideas y las aportaciones de los miembros del grupo así como las que ayudan a resolver las diferencias y los conflictos. Son las que propician la identidad, la motivación, la cohesión, la vinculación y la permanencia de las personas en un equipo de trabajo.
El Liderazgo se define como una función de servicio, y en vez de que la organización dependa de la voluntad y del poder en la cúpula, ahora la organización se dirige más claramente hacia el individuo y hacia el cliente, que es el beneficiario final de las organizaciones.
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Marco Gonzalez Garza
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