Cuando hablamos de Buenas Prácticas de Manufactura pensamos en su definición literal como “los lineamientos básicos que se tienen que cumplir para la elaboración de productos inocuos” sin embargo, esto nos hace pensar que únicamente se tiene que cumplir con lo que el sentido común nos pide: Lavado de manos, Unas cortas, Uso de cofia y cubrebocas, No usar aretes, pulseras o cualquier otro accesorio, etc.

Pero la mayoría de las ocasiones no sabemos como implementar lo que el sentido común nos pide, por lo cuál nos vamos a las guías normativas con las cuales tenemos que cumplir.

Si bien, para la elaboración de cualquier alimento tenemos que cumplir obligatoriamente con lo que nos marca la normatividad nacional aplicable, la Norma Oficial Mexicana NOM-251-SSA1-2009, Prácticas de higiene para el proceso de alimentos, bebidas o suplementos alimenticios (en este caso), no nos indica de forma puntual cómo podemos implementarla y puede resultar con un grado de dificultad cuando comenzamos a adentrarnos en el mundo del cumplimiento normativo.

Por ejemplo: Tenemos la situación de Juan y Pedro, los cuales abrirán cada uno su PYME de fabricación de alimentos. Cuando ambos comienzan a implementar la norma, se encuentran con el numeral 6.1.1 de la norma, el cual les indica:

“Deberá disponerse de áreas específicas para el almacenamiento de materias primas, producto en elaboración, producto terminado, en cuarentena, devoluciones, productos rechazados o caducos.”;

Si no somos expertos en el tema o no contamos con experiencia suficiente, podemos tener confusiones con párrafos que se dejan a la interpretación de la persona, ya que para Juan este párrafo le estará pidiendo que debe de tener al menos 1 espacio separado para cada área de almacenamiento, necesitando en total 7 espacios separados por lo que Juan realizará una inversión para colocar separaciones físicas en su almacén.

Mientras que a Pedro le da a entender que puede tenerlos en el mismo espacio solo separados con un área que sea delimitada entre los productos, por lo cual Pedro solo invertirá en pintura para marcar en el piso del almacén las áreas donde se colocarán de los productos.

¿Quién de los dos tiene la razón, Juan o Pedro?

Es aquí donde el contar con la consultoría de un experto en el tema nos puede apoyar para implementar de forma correcta las Buenas Prácticas de Manufactura, mientras damos cumplimiento a la normatividad aplicable y al mismo tiempo se aprovecha al máximo los recursos con los cuales se cuenta sin tener que realizar un gasto adicional innecesario.

En SINCAL® podemos ayudarte para una correcta implementación de la NOM-251-SSA1-2009, así como con un curso de capacitación de esta norma oficial mexicana.

Mismos cuyo temario podrá consultarse en nuestra página web: www.sincal.org recordando que son impartidos por instructores autorizados por la STPS, contando con sus respectivas constancias DC-5 y acompañando sus seminarios con dinámicas, anécdotas y videos relativos al tema. Nos ponemos a sus órdenes.

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Q.B.P. Juan Maximiliano Castro Pazos

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